Un servicio funerario es una realidad que todos debemos afrontar en algún momento de nuestra vida. Muchas personas optan por mantenerse preparadas y, por ende, adquieren un seguro funerario con anterioridad; mientras que también hay otras personas que no se preocupan demasiado por ello y dejan la responsabilidad de todos los costes sobre sus seres queridos.
¿Qué contiene un servicio funerario?
En la actualidad, existen muchas empresas funerarias en el mundo, que se dedican a la tarea de atender al difunto y a sus familiares, con la finalidad de garantizar un último adiós digno, que honre lo que la persona fue en vida. Sin embargo, también existen funerarias que ofrecen servicios incompletos.
Por ello, es complicado definir en términos generales qué contiene un servicio funerario, ya que esto depende de lo establecido por la familia o, por el difunto en vida, así como también de las posibilidades que ofrece la empresa funeraria. A continuación, te contaremos en términos generales qué puede abarcar este tipo de servicios:
El velatorio
El velatorio es una de las primeras actividades de un servicio funerario. Consiste en velar el cuerpo de la persona fallecida, basándose en tradiciones que se remontan desde la cultura antigua, donde buscaban rezar oraciones por el alma del difunto, y encomendar oraciones por su descanso eterno.
Por lo general, este velatorio se realiza en la funeraria, aunque hay personas que prefieren realizarlo en el hogar. En cualquier caso, esta actividad es parte del servicio funerario porque involucra la preparación física del difunto, pues desde este momento se dispone en el ataúd.
El funeral
El funeral es, básicamente, el momento culmen del velatorio, en donde todos los familiares y amigos se reúnen entorno al cuerpo del difunto, para realizar alguna celebración religiosa y recordar su paso por la vida. Esta es una actividad que suele ser muy íntima y se da de forma previa al entierro.
El funeral puede realizarse de diversas maneras, ya que esto dependerá de la profesión religiosa del difunto y la familia. De manera que puede realizarse prácticamente cualquier tipo de celebración, respetando la libertad de culto.
El entierro
El entierro es una de las actividades básicas de cualquier servicio funerario. En este momento, la funeraria se encarga de trasladar el cuerpo del difunto hasta el camposanto o cementerio, donde la persona será enterrada.
Este es uno de los momentos más difíciles de la muerte de un ser querido, por lo cual, la empresa debe contar con personal capacitado para abordar este momento.
En el momento del entierro, se realiza una procesión con las carrozas fúnebres y los coches de los familiares y amigos del difunto, para acompañar su cuerpo hasta el cementerio, donde se le dará el último adiós. Esta es una tradición que se realiza desde los tiempos antiguos, en donde se utilizaba la palabra exequias, que significa seguir fuera.
La cremación
En la actualidad, el entierro no es la única alternativa de un servicio funerario. Por diversos motivos, que van desde asuntos económicos hasta realidades ambientales y ecológicas, muchas personas prefieren la cremación que el sepelio de sus familiares queridos.
En este caso, la cremación consiste en introducir el cuerpo de la persona en unos hornos crematorios y obtener sus cenizas, de esa manera, existen más alternativas para llevar consigo los restos. De hecho, muchas personas desean mantener los restos de su ser querido en el hogar.
Asimismo, existen los columbarios, donde las personas dejan las cenizas de sus seres queridos y se mantienen allí a manera de camposanto. Y, actualmente, se ha convertido también en una alternativa tirar las cenizas al mar, siempre y cuando se cuente con las medidas reglamentarias establecidas por la legislación nacional.
¿Cuál es el valor exacto de un servicio funerario?
El valor exacto de un servicio funerario depende de diversos factores, ya que no todas las personas requieren los mismos servicios. En términos generales, puede decirse que el valor de un servicio funerario oscila entre los 3500 y los 4500 euros.
Este valor incluye el ataúd, el pago de los servicios de sepelio o cremación, y el espacio en el que se realiza el velatorio. En algunas ocasiones, también se pueden incluir elementos decorativos como las velas, las flores y las esquelas.
