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Aceptar el fin del ciclo vital

Aceptar el fin del ciclo vital

La muerte es un hecho tan natural como la vida misma, aunque en la sociedad no se trata este tema como es debido. El ser humano suele afrontar esta etapa como algo trágico o como un tabú. De tal manera que aceptar el fin del ciclo vital se vuelve tortuoso y lleno de miedos y dudas.

Aunque no es solamente el fin del ciclo vital el que nos inquieta como seres humanos, sino también el miedo al sufrimiento y al dolor. Muchas personas tienen temor al hecho de experimentar una sensación de dolencia o padecimiento durante el proceso del fin de vida. Pero es algo que también es natural y que podemos llegar a sentir cuando estamos llegando hacia el fin de nuestra vida.

Desde nuestro nacimiento, atravesamos diferentes etapas que comienzan cuando somos niños en nuestra infancia. Luego pasamos a la adolescencia, alcanzando la adultez, para finalmente llegar a la vejez. En todo este recorrido vamos a tener que ir admitiendo cambios, tanto físicos como emocionales. Como así también, tenemos que aceptar el fin del ciclo vital nuestro y el de un ser querido.

¿Cómo prepararse para el fin del ciclo vital?

En un primer lugar, aceptar el propio ciclo vital significa arreglar asuntos familiares e individuales. En donde también forma parte el sistema de creencias y la cultura de la persona en cuestión. Para muchas personas, son sumamente importantes los asuntos de orden espiritual y religioso. Teniendo en ese caso, la necesidad de acudir a un sacerdote o personal religioso. En cambio, para otros que no están relacionados con lo espiritual, sus deseos antes de morir pasan por otros temas.

Por otra parte, también se encuentra la preparación de los familiares y seres queridos de los pacientes o personas que se encuentran en el tramo final de sus vidas. Estas tienen que estar listas para el duelo que van a llevar a cabo. Y es importante aprovechar el momento antes de que sus seres cercanos mueran para despedirse de la mejor forma posible. Lo cual les va a ayudar para que luego lleven un duelo menos doloroso.

Aceptar la muerte de un ser querido

A pesar de que el paciente es el que padece físicamente la enfermedad, ésta no le afecta solamente a él. Sino que también a sus seres queridos y por eso, estos se tienen que preparar para asumir y superar la pérdida. Para esta fase, existen grupos de apoyo para el duelo y también ayuda de profesionales, como un médico o un psicólogo, quienes pueden ser de mucha ayuda.

De hecho, el apoyo psicológico es tan importante para la familia y seres cercanos como para el enfermo. El aspecto emocional de una persona que ha sufrido una pérdida es fundamental y si se descuida, puede padecer un trastorno o una enfermedad psicológica. Por eso es que es esencial tener la ayuda de especialistas, ya que tener reprimido el sufrimiento puede resultar negativo.

La importancia de los cuidados paliativos

Los cuidados paliativos se enfocan en el cuidado de las personas que tienen enfermedades graves. Se orientan en mejorar la calidad de vida, ayudando a los pacientes a tratar los síntomas de enfermedades graves y los efectos secundarios de los tratamientos. Hacen foco en la calidad de vida de estas personas, para que puedan estar bajo las mejores condiciones posibles por tanto tiempo cuanto puedan.

Los cuidados paliativos se adecúan a personas de diferentes edades y que padecen enfermedades de cualquier tipo. Sin embargo, son utilizados como parte habitual de la atención que se les brinda a los pacientes que padecen cáncer.

Los cuidados paliativos y el fin del ciclo vital

Los cuidados paliativos son esenciales en el proceso de aceptación del fin del ciclo vital, ya que estos cumplen la función de dignificar la muerte. Apuntan a que el enfermo terminal pueda aceptar la muerte como algo natural, ya que le dan la posibilidad a esta persona de despedirse y cerrar su ciclo de vida.

Ayudan a disminuir el miedo por la muerte y, sobre todo, el miedo al sufrimiento en el proceso del fin del ciclo vital. Contribuye a que las personas que padecen enfermedades graves puedan aceptar la muerte, sin sufrir y sin soportar dolor alguno.

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